Todos en algún momento nos hemos encontrado delante de la nevera o de la despensa y nos hemos encontrado con ese paquete de algún alimento que había quedado relegado a algún rincón donde había caído en el olvido. Ante esa situación, también en más de una ocasión seguramente todos nos hemos preguntado si todavía podemos consumir ese alimento con seguridad y para ayudarnos a decidir hemos echado mano de consultar lo que comúnmente llamamos “fecha de caducidad” y si había pasado de dicha fecha, probablemente lo hemos desechado.

No siempre somos del todo conscientes de que no todas las fechas impresas en las etiquetas son iguales y entender las diferencias entre unas y otras puede ser crucial, tanto para la seguridad alimentaria, como para evitar el desperdicio de alimentos que aún se pueden consumir sin ningún problema. Por lo tanto en este artículo vamos a desglosar las diferencias clave entre la fecha de caducidad y la fecha de consumo preferente, dos términos comunes en las etiquetas de los alimentos qué, aunque muy similares, tienen implicaciones diferentes.

Fecha de caducidad: Un indicados de seguridad

La fecha de caducidad es, sin duda, la más importante de las dos. Es la fecha límite hasta la cual un alimento es considerado seguro para su consumo. Se trata por lo tanto de una indicación precisa que no es negociable y debe ser respetada al 100%, aunque el alimento en cuestión en apariencia conserve todas sus características normales. Habitualmente encontraremos la fecha de caducidad en los alimentos muy perecederos, como por ejemplo carnes frescas y procesadas, pescados y mariscos, productos lácteos frescos o algunos alimentos preparados.

En el caso de la fecha de caducidad, es por tanto esencial que le prestemos especial atención. Ademas, en este tipo de alimentos, debemos seguir al pie de la letra las instrucciones de conservación, como por ejemplo indicaciones de tipo “conservar en el frigorífico”, “cocinar sin descongelar” o “una vez abierto el envase, consumir en tres días”. Aunque el alimento parezca estar en buenas condiciones una vez pasada la fecha de caducidad, puede presentar un riesgo para la salud ya que puede haber proliferación de bacterias o microorganismos patógenos como Salmonella, Listeria o E.coli, entre otros. La fecha de caducidad no se puede extender ni siquiera un día. Si la etiqueta indica que el producto ha caducado, lo más seguro es desecharlo.

Fecha de Consumo Preferente: Calidad y Sabor

La fecha de consumo preferente sin embargo, se refiere principalmente a la fecha hasta la cual el alimento mantiene su calidad y sabor óptimos, es decir, a la calidad sensorial del alimento. Después de esa fecha, aunque el alimento sigue siendo seguro para su consumo, puede perder algunas de sus propiedades, como su sabor, textura o color e incluso experimentar una ligera pérdida de nutrientes, pero no suele representar un riesgo para la salud, siempre y cuando se hayan respetado las instrucciones de conservación y el envase no esté dañado. Es decir, si bien pasada la fecha de consumo preferente, unas galletas podrían estar menos crujientes o un aceite podría volverse ligeramente rancio, consumir ese alimento no nos perjudicaría.

Ante este tipo de alimentos, normalmente es cuestión de aplicar un poco de sentido común antes de desecharlo por haber pasado su fecha de consumo preferente. Comprueba si tiene buen aspecto, si huele y sabe bien y cerciorate de que el envase esté intacto antes de decidir si el alimente sigue siendo apto para su consumo. Si en cambio huele mal, tiene moho, ha cambiado de color o textura de forma inusual, es mejor no arriesgarte y desecharlo.



¿Por qué es tan frecuente esta confusión entre ambas fechas?

En resumen, comprender la diferencia entre la fecha de caducidad y la fecha de consumo preferente es esencial para tomar decisiones informadas sobre los alimentos que consumimos. Al prestar atención a estas fechas y seguir algunos consejos sencillos, podemos garantizar nuestra seguridad alimentaria y reducir el desperdicio de alimentos. De hecho, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), entre un 5% y un 10%de desperdicio alimentario en países desarrollados se debe directamente a malentendidos sobre las fechas de etiquetado. Esto significa que millones de toneladas de alimentos perfectamente comestibles acaban en la basura cada año, simplemente porque los consumidores interpretan mal lo que dice la etiqueta.

Además, la legislación al respecto varía ligeramente entre países . En la Unión Europea, por ejemplo, no está permitido usar la fecha de caducidad en productos que no sean altamente perecederos y se recomienda usar “consumo preferente” para el resto. En Estados Unidos en cambio, no existe una regulación federal uniforme y muchas etiquetas usan frases como “best by”, “sell by” o “use by”, lo que añade aún más confusión.

Consejos prácticos

  • Lee bien las etiquetas. Fijate si dice “fecha de caducidad” o “consumo preferente antes del …”. Ese simple gesto ya te dará una idea clara del riesgo real.
  • Confía en tus sentidos. Si un alimento con fecha de consumo preferente huele bien, tiene buen aspecto y no presenta signos de deterioro, muy probablemnte esté bien.
  • Almacena correctamente. Tanto la fecha de caducidad, como la de consumo preferente, sólo son válidas si el alimento se ha conservado en las condiciones adecuadas. Un yogur fuera de la nevera durante horas caducará antes de lo indicado.
  • Planifica tus compras. Comprar con una lista lo que ya tienes en casa reduce la posibilidad de que los alimentos caduquen antes de usarlos.
  • No te fíes sólo de la fecha. Algunos alimentos, como por ejemplo la miel, el arroz blanco o el azúcar pueden durar años si se almacenas bien, incluso mucho después de su fecha de consumo preferente.

Entender la diferencia entre la fecha de caducidad y la fecha de consumo preferente no sólo te ayudará a evitar riesgos innecesarios para tu salud, sino que también te permitirá reducir el desperdicio alimentario, ahorrar dinero y de paso, contribuir a un plantea más sostenible

La próxima vez que veas una fecha en un envase, tómate unos momentos para interpretarla correctamente. Recuerda: La fecha de caducidad es una cuestión de seguridad; la fecha de consumo preferente, de calidad. Con este conocimiento, podrás tomar decisiones más informadas y tranquilas en tu día a día.

Y si aún te quedan dudas sobre algún alimento en particular, recuerda que siempre es mejor prevenir que curar … aunque en la mayoría de los casos, ese yogur de ayer esté perfectamente bien.

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