De un tiempo a esta parte se nos ha ido colando por redes sociales cada vez con más fuerza la tendencia de los retos de ahorro. Desde el famoso “Ahorro por sobres”, pasando por el “Reto de las 52 semanas”, hasta el “Ahorro del redondeo” hay cientos de estos desafíos. Parece que se hayan convertido de manera viral en una forma entretenido y motivadora de ahorrar dinero casi sin darnos cuenta en nuestro día a día, a la vez que fomentamos nuestra educación financiera. Pero, ¿Qué hay detrás de esta tendencia? ¿Son este tipo de retos realmente una herramienta efectiva o se trata simplemente de una moda pasajera? Y sobre todo ¿Son realmente efectivos? En este articulo vamos a analizar este fenómeno, por qué se ha vuelto tan viral, si realmente pueden llegar a funcionar o cuales pueden llegar a ser sus desventajas y alternativas.

¿Por qué los retos de ahorro se han vuelto tan virales?

En la respuesta a esta pregunta, interviene mas de un factor.

La “gamificación” del ahorro o el ahorro convertido en un juego:

Uno de los motivos principales por los que los retos de ahorro se han vuelto tan populares es su componente lúdico. Al convertir el ahorro en un juego, parece más atractivo y menos abrumador. Los participantes no ahorran como lo harían normalmente, si no de manera más divertida, con reglas y metas claras, lo que convierte ese ahorro en algo similar a un juego. Es decir, estamos aplicando mecánicas de juego a una actividad cotidiana.

Sobre todo las personas con poco hábito de ahorro al estar siguiendo un reto, tienen marcadas metas a corto plazo y en muchos de ellos recompensas visuales e incluso emocionales, como tachar en una plantilla o compartiendo su progreso en redes sociales. Este tipo de recompensas pueden resultar más motivadores y tangibles que simplemente guardar el dinero en una cuenta bancaria. Si además se comparte el reto con amigos o en una red social, se añade cierta capa de responsabilidad que podría contribuir a que sea menos probable que se deje de seguir el reto.

La influencia de las redes sociales:

Hablando de redes sociales, plataformas como TikTok, Instagram o YouTube han amplificado la difusión de estos retos. Ver a otras personas logrando metas financieras, puede resultar motivador y animar a intentar uno de estos métodos.

Algunos de los retos más conocidos ¿Cuáles son y como funcionan?

El reto de las 52 semanas

Este es probablemente uno de los más conocidos y el que menos haya llegado a completar la mayoría de gente. Consiste en ahorrar cada semana una cantidad creciente de dinero. En la primera semana se ahorra 1€, en la segunda 2€, en la tercera 3€ y así sucesivamente hasta llegar a la semana 52. Si se llegara a completar este método, el ahorro resultante sería de de 1.378€

Aunque a primera vista parezca un método sencillo con un resultado atractivo, no es un reto apto para todos los bolsillos. Al ser cada vez más altas las cantidades semanales a ahorrar, según va avanzando el tiempo, es muy complicado de seguir sobre todo para quien tiene un presupuesto muy ajustado. Si hubiéramos empezado con este método a principios de año, que suele ser lo más habitual, en el mes de diciembre (cuando de por si solemos tener más gastos), tendríamos que destinar al reto la cantidad de 202€.

El ahorro por sobres

Este es otro método de ahorro que gracias a redes sociales se ha popularizado de un tiempo a esta parte. Realmente, más que un reto de ahorro, es una forma de hacer un presupuesto personalizado. Consiste en dividir al principio del mes el dinero en efectivo en diferentes sobres asignados a cubrir diferentes categorías de gastos (por ejemplo: sobre para alquiler / hipoteca, sobre para alimentación, sobre para ocio, sobre para transporte, etc.). En cada uno de los sobres creados se mete una cantidad determinada destinada a cada categoría y, según la teoría de ese método, a final de mes la suma del sobrante de cada sobre sería nuestro ahorro mensual.

El primer y gran inconveniente de este método, es precisamente que los importes asignados a cada categoría se apartan en metálico. Sin embargo la mayor parte de nuestros gastos fijos (vivienda, suministros, seguros, etc.) suelen pagarse por domiciliación bancaria. Eso sí, a su favor hemos de decir que con este método es más fácil respetar nuestro limite de presupuesto, ya que cada vez que se hace un desembolso se ve de manera física cuanto dinero queda en el sobre.

El reto del café

Básicamente consiste en sustituir ese café de cafetería por un traspaso por el mismo importe a nuestra cuenta de ahorros (o meterlo en una hucha). Aunque el ahorro pueda parecer poco, si la persona es de consumo de diario, al cabo del mes habría ahorrado cerca de 50€.

Este reto podría ser interesante para quienes tienen como costumbre comprarse un café fuera de casa todas las mañanas, por ejemplo y parece un gran aliado para detectar y recortar un poco los llamados “gastos hormiga”. Estos, si bien no suelen ser grandes cantidades, van sumando y al cabo del mes suponen un gasto importante.

El reto de los 100 sobres

Este reto realmente es una de las muchas variantes del reto de las 52 semanas. El método en este caso sería rotular 100 sobres con números del 1 al 100, sacar uno de esos sobres aleatoriamente cada día y según el número que lleva escrito ese sobre introducir esa cantidad de euros. Al finalizar el reto, el ahorro sería de 5.050€.

Al igual que en el reto de las 52 semanas, a no ser que se tenga una holgura financiera importante, los inconvenientes de este método de ahorro saltan a la vista. Mientras los número de los sobres sean bajos, con más o menos esfuerzo, puede ser un objetivo alcanzable. Pero si llegamos a los sobres con números más altos es muy poco probable que se pueda seguir este reto con regularidad.

Entonces ¿estos retos de ahorro realmente funcionan?

La respuesta a esta pregunta, como casi todo en la vida, es: depende. Depende de tu compromiso, de tu capacidad de adaptación, de tus circunstancias y de tu educación financiera. Para que puedan funcionar estos retos es importante establecer metas de ahorro que sean realistas y proporcionales a tu presupuesto y que, si decidimos seguirlos, mantengamos la constancia.

Ciertamente este tipo de retos pueden parecer una revelación para muchas personas. Al estar divididos en pequeñas metas manejables transmiten la idea, sobre todo a personas que no tengan hábito de ahorro, que ahorrar no tiene por que ser una tarea titánica. Sin embargo, diría que parece poco realista pensar que, precisamente alguien que no tenga hábito de ahorro y llega con dificultad a final de mes pueda enfrentarse con éxito a algunos de esos retos más ambiciosos.economí

Los retos de ahorro pueden llegara ser una herramienta divertida y útil para empezar a desarrollar disciplina y crear un hábito de ahorro, pero no son una solución mágica. El mejor reto de ahorro es adquirir el hábito de ahorrar, además de ir incrementando siempre que tengamos ocasión nuestra educación financiera. Para que el ahorro sea efectivo a largo plazo, también hay que aprender a presupuestar, invertir y, sobre todo, a entender nuestros hábitos de consumo. De nada sirve ahorrar durante 52 semanas si luego, en la semana 53, gastamos todo en una compra impulsiva.

Si vamos ahorrando la misma cantidad cada mes, llegará un momento en el que ni siquiera nos damos cuenta de que “falta” esa cantidad en nuestra cuenta. Podemos, por ejemplo, transferirnos esa cantidad que hemos establecido a una cuenta de ahorros remunerada y conseguir un pequeño beneficio además del ahorro. De esta manera nos “ahorraremos” sustos a final de mes y además estaremos aprendiendo a ahorrar de forma efectiva.

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