A medida que la tecnología avanza también lo hacen los modos que utilizamos en nuestro tiempo de ocio. Uno de ellos es el de los videojuegos, a estas alturas ya son pocos los que nunca han disfrutado de un juego, ya sea de consola, ordenador o dispositivo móvil.
Un buen juego puede ser una experiencia única, ya sea una historia lineal, un mundo abierto o un arcade de plataformas en el que solo debemos avanzar y disparar. Si está bien logrado en su conjunto la experiencia del jugador será buena y en muchos casos inolvidable, sobretodo con los videojuegos que te cuentan una historia y en la que interactúas para formar parte de ella.
Lograr una experiencia así no es fácil, los creadores de juegos se basan en historias, lugares y personajes ricos en emociones que atrapan al jugador desde el primer momento. Si eso lo unimos a una buena jugabilidad, banda sonora, y gráficos tendremos el juego perfecto en nuestras manos.
La trama es importante, pero ¿qué es lo que entra por la retina en un primer momento? ¿Qué enamora (generalmente) a primera vista al futuro jugador? Los gráficos.
Como comentaba al principio a medida que la tecnología avanza también lo hace los gráficos en los videojuegos. Y vaya si han mejorado.
De aquellos pixels con pocos colores (o sin) en los que muchas veces se tenía que echar mano de la imaginación para adivinar qué cosa representaban, a los actuales gráficos en 3D renderizados en tiempo real con sumo lujo de detalles, colores y sombras.
No solo los gráficos, también la animación 3d juegos y entornos interactivos han evolucionado de forma exponencial a medida que mejoraban las máquinas en las que disfrutarlos. El aumento de potencia en los procesadores, cpu’s y gpu’s, y el aumento de cantidad de memoria disponible para almacenar los cientos y miles de megas que ocupa hoy en día un título hacen posible estos mundos de ocio digital.

La animación no debe dejarse de lado si queremos crear ese conjunto ganador. De poco servirá un juego en el que los gráficos son estupendos o la historia una delicia para la imaginación pero en cambio los personajes se mueven como robots, podríamos engancharnos al juego si realmente la historia es muy buena, pero a la que se moviese algún personaje nos descolocaría de la situación y perderíamos el «feeling» (a no ser que los personajes fuesen robots!).
Hace años un título podía tener mucho éxito únicamente por destacar en algún campo en particular, sobretodo en el apartado de los gráficos. Pero a día de hoy, casi sin excepción, es el conjunto de todos los apartados lo que realmente decide si un título tendrá éxito o no. Los desarrolladores y empresas de videojuegos lo saben y por eso buscan programadores, diseñadores y animadores cualificados para videojuegos.
Parece que nos hacemos más exigentes a la par que avanza la tecnología, igual que su relación con los videojuegos. Exigentes en todos los puntos: gráficos, sonido, animación, jugabilidad, trama, personajes… ¿Es la tecnología el límite de la exigencia de los jugadores? En un futuro, cuando ese límite tecnológico desaparezca, ¿Podremos diferenciar entre realidad o videojuego?