¿Qué puede hacer el gobierno por la economía?
Pensar que nuestro gobierno tiene todas las capacidades para liderar la política económico es un gran error. Y no tiene que ver con su capacidad intelectual.
Cuando Grecia negociaba con la UE se olvidó de esta realidad. Cuando votamos, creemos que podemos cambiar las reglas del juego. Pero nos equivocamos. Los gobiernos centrales de los países miembros de la UE tienen una capacidad reducida de actuación. Ni que decir los autonómicos que deben, simplemente, gastar con criterio dentro del margen de actuación que les permita el déficit máximo fijado y las limitaciones de las famosas balanzas fiscales, herramientas de compensación entre regiones.
Entonces ¿eso quiere decir qué nuestros políticos no pueden mejorar (o empeorar) nuestra situación? Pues tampoco, tienen competencias muy importantes, pero vayamos por partes.
En economía existen dos grandes variables, la fiscalidad y la política monetaria. Por la fiscalidad debemos entender la fijación de impuestos necesarios para mantener las estructuras del estado. Y por política monetaria debemos entender la cantidad de dinero que existe disponible y el tipo de interés al que se presta. La fiscalidad seria responsabilidad de los gobiernos pero la política monetaria la define el Banco Central Europeo (BCE).
Entonces ¿los gobiernos suben o bajan impuestos a su antojo? Tampoco. Los tratados del Euro definen una deuda pública máxima (60% frente al 100% actual) y un déficit anual máximo (3% frente al 6% actual). Son las reglas del juego, y aunque no se cumplan, la política fiscal debe tender a recuperar esta situación a largo plazo. Es decir, la propia pertenencia a la zona Euro nos exige mantener esta meta.
Entonces ¿Europa es el culpable de la situación? No. Europa, o más bien el «club del euro» exige unas condiciones y, a cambio, existen contrapartidas. Además, esas condiciones son flexibles en función de la situación económica y así se demuestra desde el 2008. Pero otro día hablaremos del gran proyecto europeo y sus deficiencias.
Pero ¿qué podemos exigir que haga el gobierno central en economía? Simplificando, gastar bien, fijar los impuestos para cubrir las necesidades de la sociedad, asegurar el estado del bienestar y permitir, mediante leyes, el desarrollo de la economía y el empleo.
«Gastar bien» es no derrochar, ser eficiente en los proyectos que realice, evitar la corrupción que lastra las sociedades y dimensionarse en función de la realidad económica. Porque cada euro que gasta ha sido gracias al esfuerzo del contribuyente y ha salido del circuito del consumo.
«Fijar impuestos» es, dentro del marco de actuación, definir un modelo que sea justo.
«Asegurar el estado del bienestar» se debe entender como crear y mantener los servicios que aseguren la mejor calidad de vida posible. Y no solo es educación y sanidad, también es la justicia que debe asegurar el cumplimiento de las leyes.
«Desarrollo de la economía y el trabajo». Generar el entorno para que la economía sea competitiva y flexible. Generar las leyes y organismos que permiten la creación y mantenimiento a largo plazo de empleo.
En los matices están las diferencias entre partidos y los votantes, en el «¿Cómo?» y no tanto en el «¿Qué?» hay que hacer. Porque, como hemos visto con Grecia, la baraja no puede romperse.
Con los pies en el suelo. Intento aplicar el sentido común a todo lo que hago y explicar la realidad de manera objetiva.