¿Por qué es bueno llorar?
Desde el momento que nacemos, una de nuestras primeras respuestas fisiológicas es llorar. Este acto nos acompañará para toda la vida: lloramos ante el dolor, cuando se agolpan nuestros sentimientos, impulsados por nuestras emociones… a decir verdad, algunas personas lloran casi por cualquier causa.
A pesar de frases hechas como “los hombres no lloran”, llorar es un acto perfectamente natural y, como toda función fisiológica, tiene una importante razón para existir, amén de sus efectos beneficiosos sobre nuestra salud.
Otros animales también lloran, pero como especie los seres humanos somos los únicos que lloramos impulsados por nuestras emociones. Tampoco creas que existe un solo tipo de lágrimas. Sobre estas y otras curiosidades sobre el llanto aprenderemos en el día de hoy.
¿Cuántos tipos de lágrimas hay?

En dependencia de las causas que las desencadenan, las lágrimas se dividen en tres categorías fundamentales.
Lágrimas basales
Son las que remueven el polvo y mantienen el ojo lubricado. Estas lágrimas no solo distribuyen el oxígeno en todo el globo ocular, sino que también sirven como bactericida y agente protector del iris frente a los rayos ultravioletas.
Estas lágrimas basales son las que evitan la queratoconjuntivitis seca u ojo seco, que es más frecuente en las personas mayores. Con la edad, el volumen lacrimal disminuye, por lo que en muchos casos es necesario aplicar lágrimas artificiales para suplir su defecto.
Lágrimas reflejas
Son las que se secretan como respuesta a un estímulo molesto. Cuando nuestros globos oculares sufren el efecto del sulfóxido de tiopropanal (al cortar una cebolla), la capsaicina del gas lacrimógeno o el viento con polvo, nuestros lacrimales responden con las lágrimas reflejas para arrastrar las partículas molestas o diluir y eliminar los compuestos irritantes.
Lágrimas psíquicas
Estas lágrimas son las que nos separan del resto de los animales, pues se generan debido al espectro de las emociones humanas. Así, lloramos de risa, a causa del dolor, debido a la tristeza, cuando tenemos miedo, si nos asaltan los remordimientos, por pura rabia e incluso cuando estamos muy alegres.
Este tipo de lágrimas no ha podido ser estudiada a profundidad desde el punto de vista científico, pero lo que sí está claro es que son de vital importancia en nuestro equilibrio emocional. Así que intentar reprimirlas no nos hace ningún bien.
¿Es el llanto una forma de comunicación o una válvula de escape?

En realidad, ambas.
Cuando lloramos estamos manifestando al entorno que nos rodea que algo malo nos pasa. De hecho, es una de las pocas formas de comunicación básica que tienen los bebés. Los seres humanos estamos programados socialmente para que las lágrimas generen la simpatía y compasión, por lo que el llanto nos mueve a socorrer a esa persona que llora.
De la igual forma, las lágrimas sirven como elemento de alerta para atender las señales que nuestro cerebro nos envía. Si sobrepasamos nuestra capacidad de soportar el dolor, ya sea físico o emocional, lloramos. Esto nos indica que debemos alejarnos de la fuente de sufrimiento, so pena de que se comprometa nuestra estabilidad emocional.
Como quiera que sea, la sabiduría popular tiene razón cuando indica que llorar es beneficioso. En el 2015 se realizó un estudio en una universidad holandesa, dónde se le pidió a los sujetos que prueba que viesen un filme altamente emotivo. Durante el estudio rellenaron un formulario antes, al terminar el filme, 20 minutos más tarde y dos horas después. Las personas a las que la película conmovió hasta las lágrimas reportaron una sensible mejoría en su estado de ánimo inicial, según las encuestas. Mientras, aquellos que no lloraron se sintieron igual o peor que antes de ver el filme.
La mejora del estado de ánimo luego de llorar se conoce como efecto catártico: mientras nos desahogamos se activa el sistema parasimpático, lo cual se traduce en un incremento del ritmo cardiaco, la dilatación de arterias y venas, aumenta la sudoración y respiramos más aprisa. Todos estos factores incrementan la oxigenación del cuerpo, mejorando nuestro estado de salud general.
Llorar también libera endorfinas y oxitocinas, que mejoran el estado de ánimo y disminuyen las sensaciones dolorosas. Por ello, luego de llorar, nos sentimos más aliviados y más preparados para lidiar con las circunstancias que desencadenaron nuestras emociones.
¿Es saludable entonces llorar mucho?

Dentro de ciertos límites, sí. Según las estadísticas, las mujeres lloran un promedio de 5,3 veces al mes. Los hombres, debido a la presión social de contener las lágrimas en público, solo confiesan llorar unas 1,3 veces mensuales.
Claro que excederse en las lágrimas es un indicativo de que una persona está sometida a alguna presión interna o externa que le está haciendo infeliz. Si el llanto es desconsolado y no tiene una razón lógica—como la muerte de un familiar, por ejemplo— se debe buscar ayuda médica o psicológica para aliviar esta situación. También debe ser motivo de preocupación si va acompañado de insomnio, falta de apetito, pérdida de peso, apatía e ideas suicidas; pues entonces apunta a un problema de salud mental.
Pero si eres de esos se emocionan por cualquier causa y le saltan las lágrimas, mi consejo es que llores sin que eso te dé ninguna vergüenza. A solas o en privado, llorar es, en un final, una manera de mejorar tu salud.

Escritor, poeta, editor, farmacéutico, guionista, bloguero… En esencia, un amante de las letras y la vida (no por ese orden, claro).