Neuromarketing, desbloqueando los secretos de la mente.
Es de creencia popular que el neuromarketing es el hermanito feo y malote de todos los marketing’s. Personalmente lo veo como el «patito feo», ya que los que no se dedican a ésto no comprenden el alcance o las posibilidades que tiene, y de hecho si lo usamos de manera correcta y coherente es el que nos va a proporcionar mejores resultados..
Si tomamos la definición que encontramos en la Wikipedia:
El neuromarketing consiste en la aplicación de técnicas pertenecientes a las neurociencia al ámbito del marketing, estudiando los efectos que la publicidad y otras acciones de comunicación que tiene en el cerebro humano con la intención de poder llegar a predecir la conducta del consumidor. .
Aunque en realidad lo que se nos viene a la cabeza es una consulta como la de la imagen con mil cables en un casco y que nos absorben toda la energía cerebral y así obtener todos los datos que necesitan para poder manipularnos y hacer que consumamos alguna cosa.
Para los que comprendemos un poco de lo que va esto nada más lejos. Reconozco que estudio todo lo que cae en mis manos sin tener yo nada que ver con estudios de medicina. Pero de ahí a manipular queda un largo trecho.
Lo que debemos reconocer es que si comprendemos bien lo que estudia esta ciencia podemos obtener cierto provecho, o incluso si estamos lanzando un producto o servicio nuevo, incluso ventaja ante nuestra competencia.
Desde el momento en el que conocemos, por ejemplo, qué colores van a ser sentidos de manera más agradable, o la textura del packaging va a provocar mejores sensaciones, ya tenemos un punto de inflexión en el interés del consumidor. Si conocemos qué tipo de presencia o que cosas hacen que las personas quieran cogerlo y tocarlo seguro dispondremos de cierta ventaja ante la competencia.
Si desarrollamos el producto de manera que aporte una serie de valores añadidos por encima de las expectativas del consumidor y si encima proporcionamos una buena atención al cliente con una comunidad que nos apoye, entonces tenemos ganado a nuestro cliente potencial.
En neuromarketing no se pretende manipular a las personas para que consuman, por el contrario, procuramos conocer a modo de diagnóstico qué cosas producen mejores sensaciones y mayores comodidades. De esta manera lo que tenemos que explicar (como por ejemplo la cobertura que ofrece el producto), se limita a permitir que el cliente indague por nuestra información, ya que tendremos (al menos en parte) su atención por lo que hacemos.
Normalmente, gracias a infoxicación, es muy difícil conseguir que un cliente potencial nos preste toda la atención que necesitamos para convencerle de que lo que le estamos ofreciendo es realmente lo que necesita.
Apenas tenemos unas milésimas de segundos para seducir la mirada, con un sonido, una imagen o un perfume. ¿Cuántas veces has pasado por delante de una panadería clásica y te has resistido a comerte un croissant o comprar una barra de pan?