El que la sociedad en que vivimos avanza a una velocidad vertiginosa no es ninguna novedad, por lo que tampoco es de extrañar el que una de las características de dicha sociedad (al menos en el mundo occidental, aquel al que llaman primer mundo) sean unos hábitos de consumo en muchos casos desmesurados y escasamente controlables.

shop-window-240586_960_720

Uno de dichos hábitos está relacionado con el mundo de la moda. Cada vez nos resulta más fácil adquirir prendas a precios relativamente asequibles y en el momento exacto en que necesitamos – o se nos antoja – comprar algo. Y la consecuencia de esta práctica es que, en muchos casos, acabamos teniendo armarios repletos de cosas que no sabemos cuándo ponernos, o que incluso olvidamos que tenemos.

Recientemente he leído en la versión alemana de la revista Flow un artículo sobre Dave Bruno, un americano que un día se planteó el objetivo de vivir con tan sólo 100 objetos a su alrededor. Para ello, se obligó a reducir sus pertenencias a una lista de 100 cosas (cosas propias, sin incluir aquellas que comparte con su familia) y, a partir de ahí, se deshizo, por un lado, de todo aquello que no iba a necesitar, mientras que por otro lado se mentalizó a respetar ese número de objetos hasta el punto de que, si quiere adquirir algo nuevo, debe deshacerse de algo que ya tiene, con tal de no sobrepasar la cifra de 100.

Para animar a los lectores a seguir una práctica similar, la revista de la que hablo plantea un ejercicio relacionado con la ropa, ya que considera que es uno de los pasos más difíciles que se dan cuando se quieren reducir los hábitos de consumo. Dicha recomendación consiste en seleccionar, de entre las cosas que ya tenemos en nuestro armario, siete combinaciones posibles para una semana entera. A partir de ahí, se debe intentar «sobrevivir» utilizando tan sólo esas prendas durante dos semanas. Al transcurrir ese periodo de tiempo se debe valorar si hemos necesitado algo más aparte de lo que habíamos previsto: si la respuesta es sí, se deben añadir esas prendas a nuestros conjuntos; pero si la respuesta es no, ya no necesitamos esas cosas y por lo tanto podemos prescindir de ellas.

¿Y qué hacemos con tanta ropa como nos sobra, tanto si probamos con este experimento como si no? La solución que la mayor parte de la gente conoce es la de entregar esas prendas a nuestros conocidos, venderlas o donarlas a instituciones de caridad. Pero, ¿y si hubiera una solución más que no todo el mundo conoce? Dicha opción es la de reciclar los tejidos, que es de lo que me gustaría hablaros a continuación.

textile-548716_960_720

En países como Alemania, Gran Bretaña, Estados Unidos o Japón funciona una operativa llamada I:CO, abreviatura de I:Collect (es decir, yo recojo, yo recolecto), que consiste en lo siguiente: un ciudadano normal reúne una cantidad determinada de ropa vieja, que ya no quiere ponerse o que incluso puede estar rota o desgastada y la entrega en una de las muchas tiendas de ropa que trabajan junto con la marca I:CO. En el caso de Austria (que es el que yo conozco de cerca), las tiendas envían toda esa ropa que han recogido a la central que I:CO tiene en Wolfen, Alemania. Allí reciben alrededor de 350 toneladas de tejidos al día, que son tratados de la siguiente manera:

  1. En primer lugar, se determina si las prendas que se han recibido están aún en relativo buen estado o no.
  2. En caso de que la respuesta anterior sea afirmativa, dichas prendas se envían a tiendas de segunda mano y las ganancias obtenidas de las mismas se entregan a organizaciones caritativas o se invierten en fundaciones que emplean sus recursos en mejorar las condiciones de trabajo de los empleados de esas cadenas textiles, en concreto de aquellos que trabajan directamente en la producción de las prendas, y que suelen vivir en zonas generalmente menos desarrolladas, en las que no se concede una gran atención a la educación infantil, donde el acceso al agua potable no es tan sencillo, etc.
  3. Si el estado en que se encuentra dicha ropa no es el adecuado como para que se puedan volver a utilizar, se fabrican trapos con ellas o bien se reciclan para obtener fibras con las que fabricar nuevas prendas, alfombras, rellenos de asientos para coches, etc.

Algunos otros datos curiosos sobre el reciclaje y la producción de tejidos son:

  • Con el propio polvo de los sistemas de filtro de estas plantas de reciclaje se pueden fabricar cubiertas de blocks de notas, y  de las bolsas en las que cada uno de nosotros entregamos nuestra ropa vieja se obtienen nuevas bolsas que después se entregan a los clientes con su compra en las tiendas que promueven esta iniciativa. Luego la idea de que sólo las bolsas de papel o de cartón son aptas para el reciclaje no es del todo cierta.
  • Para producir una sola camiseta se necesitan entre 10.000 y 30.000 litros de agua.
  • Los tejidos procedentes de los pantalones vaqueros compuestos de un 100% de algodón son los más valorados en estas plantas de reciclaje, ya que se pueden aprovechar íntegramente para la producción de nuevas prendas.
  • A día de hoy solamente se pueden fabricar prendas que contengan un máximo de un 20% de algodón reciclado, ya que de ser mayor dicha cantidad, la ropa perdería sus propiedades y se estropearía mucho más deprisa. En el futuro se pretende desarrollar métodos de producción de prendas que soporten mayores porcentajes de fibras recicladas.

Para más información sobre esta iniciativa, recomiendo consultar la web de I:CO, https://www.ico-spirit.com/en/homepage/, donde además se pueden buscar las ciudades en donde opera esta iniciativa a nivel mundial, siendo así que el resultado de la búsqueda nos ofrece un listado de las tiendas (incluida su dirección) en las que podemos depositar la ropa que ya no queremos y en las que, además, obtendremos un vale descuento para futuras compras.

Creo que, en definitiva, al final todos salimos ganando: tanto el que se beneficia de los descuentos en esas tiendas, como el que necesita deshacerse de prendas que ya no necesita, como el que se conciencia de que en realidad no necesita tanta ropa, así como la propia industria de la moda y de producción de tejidos en general.

Share this post

Utilizamos cookies propias y de terceros para realizar el análisis de la navegación de los usuarios y mejorar nuestros servicios, también para mostrar publicidad relacionada con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación.