Los Lavaderos y Lavanderas
Desde el siglo XVI cuando se traslada de forma definitiva la Capital a Madrid hasta la década de 1920 cuando se canaliza el agua del Río Manzanares las lavanderas acudían a los lavaderos del Río Manzanares, que eran casillas junto a la orilla del Manzanares con un tendedero para secar la ropa.

Al igual que en otras ciudades como Lisboa, París, el oficio de la lavandera era considerado socialmente como marginal aunque contaba con unas ordenanzas municipales, como el decreto del año 1790.
En su época de mayor auge en torno al río Manzanares había aproximadamente un centenar de lavaderos y entre 4000 y 5000 lavanderas, situados principalmente entre el Puente de Segovia y el Puente de Toledo. Destacaban los lavaderos de la Cruz, de la Soledad, o el de San Juan de Dios.
Carlos III ordeno al famoso arquitecto Juan de Villanueva unos lavaderos cubiertos en la orilla oriental del río Manzanares con una acequia de agua limpia, situados al final del pasadizo de José Bonaparte.
La ropa era transportada desde los hogares al río por los portadores o esportilleros. Las lavanderas en una especie de cajas de madera con unas tablas para frotar la ropa, usando la denominada ceniza de lavandera, que se lograba cociendo la ceniza de las cocinas en unos barreños, después tendían la ropa.
También para la colada podían usar jabón que adquirían en las fabricas del sur de Madrid. La ropa era devuelta a los hogares limpia y seca. Con el devenir de los años los Lavaderos del Manzanares fueron desapareciendo y fueron estableciéndose los merenderos sobre todo en los alrededores de la Ermita de San Antonio de la Florida.
Además el asilo disponía de camas para atender a las lavanderas que tuvieran algún accidente. Con el devenir de los años los Lavaderos del Manzanares fueron desapareciendo y fueron estableciéndose los merenderos sobre todo en los alrededores de la Ermita de San Antonio de la Florida.
Los Lavaderos del río Manzanares y sus lavanderas han sido plasmados muchas veces en la pintura, en la literatura y en la música.
De la pintura la obra más conocida es “Las Lavanderas” de Goya que es un cartón para realizar un tapiz, que forma parte de una serie que Goya realizó para el antedormitorio de los príncipes de Asturias (el futuro Carlos IV y su mujer María Luisa de Parma) en el Palacio de El Pardo de Madrid.

Varias lavanderas descansan a orillas del Río mientras otra con la ropa mojada sobre la cabeza se va a un árbol cercano a tender la ropa.
De la literatura podemos destacar a Pío Baroja que en su obra “La Busca”, la primera novela de la triología “Lucha por la vida”.
Y de la música destacar a autores como Ricardo de la Vega, Carlos Arniches o Miguel Ramos Carrión.
El Asilo de Lavanderas o la Casita del Príncipe

En torno al año 1870, por iniciativa de la Reina María Victoria, esposa de Amadeo de Saboya, comienza la construcción de un asilo para los hijos de las lavanderas.
La Reina María Victoria destaco por realizar un gran número de obras benéficas como el Hospital de Amadeo o el Hospital homeopático de Eloy Gonzalo.
Como he mencionado anteriormente a principios de la década de 1870 ordena la construcción de la Casita del Príncipe conocida como el Asilo de las Lavanderas, para poder atender a los hijos desde los 2 meses hasta los 5 años de las lavanderas, que tenían que acompañar a sus madres, con un planteamiento innovador para su época, es considerado como la primera guardería de España, modelo que fue imitado en otras ciudades.
Situado en el Paseo de San Vicente frente a la puerta del mismo nombre, que era un paseo muy frecuentado por las lavanderas. Podía albergar hasta 300 niñ@s que eran cuidados por Hermanas de la Caridad, y donde recibían comida, educación y atención médica.
Además el edificio contaba con 6 camas para las lavanderas que enfermaran.
Foto1: Blog Pasión por Madrid
Foto2: https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=5258684
Foto3: https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=52616350