Gracias a una pura casualidad, he descubierto recientemente un documental sobre Irán que me tiene totalmente fascinada. Su nombre en español es «Irán en el corazón» y parte de la historia de dos mujeres iraníes que realizan un viaje desde París y Berlín respectivamente hasta su país de origen para enseñar a los espectadores diferentes aspectos sobre la historia, la cultura, la gastronomía y la forma de pensar de los habitantes Irán.

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Al margen de tópicos y lejos de ideas preconcebidas como las que muchas veces tenemos como resultado de la falta de conocimiento de realidades que nos son ajenas o como consecuencia de una distorsión de esas realidades a través de algunos medios de comunicación, el objetivo de esta serie de cinco documentales no es otro que dar la vuelta a esos prejuicios y mostrar la parte más humana y, en algunos casos, menos tradicional de este país.

Las dos protagonistas de esta historia muestran en su viaje cómo es el día a día en Irán. Para ello, acuden a visitar a sus familiares y conocidos y se reúnen en centros públicos con desconocidos, con quienes conversan sobre temas muy diversos: la hospitalidad iraní, la gastronomía, el respeto a los antepasados y a la memoria de los fallecidos, y un largo etc. Estas dos mujeres, y especialmente Sarah Doraghi (que para mi gusto tiene una sensibilidad excepcional), hablan sobre los recuerdos de su infancia, sobre olores, sobre formas de expresarse de los iraníes (por ejemplo, explican qué hace un iraní en lugar de tocar las palmas cuando oye música o le preguntan a un creyente del zoroastrismo si una mujer le puede estrechar la mano en señal de agradecimiento, ya que el Islam – al menos en Irán – no lo permite).

A lo largo de esta serie de vídeos, tanto las dos mujeres como aquellas personas con quienes hablan reflejan a través de sus palabras que ellos se sienten libres. Me llama mucho la atención, por ejemplo, un fragmento de la segunda parte del documental, en el que Sarah conversa con un joven estudiante y ella le dice que hay cosas que, en Francia (donde ella vive) le hacen sentirse más libre (llega a reconocer que no sabe por qué debe vestirse con ese traje tradicional mientras se está cociendo dentro de él debido al calor que hace), pero que al mismo tiempo encuentra otra serie de libertades en Irán, que en París no le resultan tan cotidianas (como el hecho de poder conversar tranquilamente con un desconocido en la calle).

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No es mi intención tratar de convencer a nadie de que Irán es un país libre de cualquier tipo de problemas (de ellos ya oímos hablar bastante a menudo), pero sí considero que documentales como éste nos pueden ayudar a aprender algo nuevo sobre temas o sobre lugares que no siempre conocemos del todo bien.

Si alguien tiene interés, se pueden visualizar los cinco vídeos en la web de la cadena de televisión Arte en francés (buscando L’Iran dans le coeur), en alemán (en este caso, se llama Iran im Herzen) o en alemán con subtítulos en español (el nombre, como os decía, es Irán en el corazón). Siento no incluir el enlace directo a los documentales, pero algunas de estas webs eliminan sus vídeos tras un cierto tiempo, así que os recomiendo, si os interesa el tema, que veáis los documentales en cuanto os sea posible.

 

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