Esta pregunta o afirmación, según los casos, lleva años en la boca o en la punta de los dedos de numerosas personas. Sin embargo, lo que en un principio podía ser considerado una boutade o una exageración con ánimo de exaltar al personal afín a dicha música, puede resolverse ahora con una simple visita a un concierto de rock de estadio, o incluso, a un evento de dimensiones bastante más reducidas. Comprobaremos, que el color grisáceo o directamente la ausencia, del cabello de buena parte de los asistentes no es una nueva moda. Sencillamente, es el resultado del paso del tiempo sobre una afición que no está teniendo la necesaria renovación. Aquí podríamos argumentar motivos y causas para haber llegado a este punto. ¿Pero acaso todo lo que conocemos no tiene un principio y un fin? ¿Por qué el rock iba a ser diferente?
“Es evidente que la juventud no entiende la música popular de la misma manera que la juventud de las grandes décadas del rock”, dice Nacho Gallego, profesor e investigador del Área Comunicación Audiovisual de la Universidad Carlos III de Madrid. En estas palabras se esconde mucha más verdad de la que parece a simple vista. Obvio que la juventud actual en su mayoría tiene su punto de mira sobre otro tipo de sonidos. Pero, además, hay que tener en cuenta que todos los estilos musicales, desde el jazz, hasta el rap, pasando por el blues o la música disco, tuvieron su apogeo, su momento estelar en términos de popularidad, para luego establecerse en un lugar mucho más modesto o mezclarse con otros estilos, lo que no implica en absoluto que hayan desaparecido.
¿Acaso han muerto los tipos de música anteriormente mencionados? No, sencillamente se han establecido, se han expandido, pero aun cuentan con una nutrida base de seguidores. En el caso del rap, se puede decir que ha mutado, se ha mezclado dando lugar a nuevos sonidos, como puede ser el trap. A principios de los años setenta, Herbie Hancock, un músico de jazz, mutó y mezcló su sonido original para terminar haciendo una suerte de disco-funk, siendo uno de los pioneros en hacer música disco o música electrónica. The Comet is coming, una banda contemporánea, continúa en cierto modo el camino iniciado por Herbie Hancock, mezclando jazz y música electrónica, entre otros sonidos, con mucho acierto y notable éxito. El rock también es un género promiscuo que se ha mezclado con otros estilos musicales saliendo airoso del envite tanto desde el punto de vista artístico como de popularidad. Este fue el caso de The Prodigy, mezclando rock y música electrónica, y de multitud de otras bandas.
En resumen, como dijo el francés Antoine Lavoisier, padre de la química moderna, “la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma”. El rock no ha muerto ni morirá en el futuro, sencillamente se ha transformado en otra cosa, se ha incorporado a otros sonidos, e igual es más difícil de identificar como tal. Pero su esencia sigue ahí. Tal vez no cope las listas de éxitos y la gente joven ya no acuda en masa a venerar a las vacas sagradas del rock, pero el espíritu reivindicativo que representaba sigue ahí, y su herencia sónica también.

Músico y escritor gallego que compagina esporádicas actividades creativas con labores altruistas al servicio de la humanidad y del interés general.
Aviso: este texto contiene afirmaciones que podrían no ser ciertas.