A la hora de elegir una lápida o cualquier otro elemento del arte funerario, es fundamental considerar la durabilidad, estética y mantenimiento del material que se va a utilizar. Entre los más populares se encuentran el mármol y el granito, dos piedras naturales que han sido ampliamente utilizadas en monumentos funerarios a lo largo de los siglos. Ambos tienen cualidades notables, pero ¿Cuál es mejor para el arte funerario? La respuesta depende de diversos factores, incluyendo el entorno donde se ubicará la lápida, las preferencias estéticas y el presupuesto disponible.

Durabilidad: Ganador, el granito

Uno de los aspectos más importantes a considerar es la durabilidad, ya que las lápidas y monumentos están expuestos al paso del tiempo y a las inclemencias del clima. En este sentido, el granito es superior. Esta piedra es extremadamente resistente a la intemperie, a la erosión y al desgaste. Además, el granito no se ve afectado fácilmente por el agua, las heladas o el sol, lo que lo convierte en una excelente opción si la lápida va a estar en un lugar al aire libre durante décadas o siglos.

En España, algunas regiones se han destacado por la calidad de sus materiales, y en particular, los granitos en Albacete han ganado reconocimiento por su resistencia y belleza.

El mármol, por otro lado, aunque es un material noble y de gran belleza, es más blando y poroso que el granito. Con el tiempo, el mármol tiende a sufrir más desgaste y puede erosionarse debido a la acción de los elementos. En climas húmedos o muy lluviosos, la exposición prolongada puede ocasionar que la piedra se deteriore más rápidamente. Las inscripciones grabadas en mármol pueden volverse ilegibles con el tiempo, un problema menos frecuente con el granito.

arte funerario con mármol

Estética: Elegancia versus solidez

En términos de estética, tanto el mármol como el granito ofrecen un amplio abanico de opciones, pero con diferencias notables en su apariencia. El mármol es famoso por su elegancia, su textura suave y sus vetas naturales, que le confieren un aspecto clásico y refinado. Su blancura o colores claros, junto con las vetas grisáceas o rosadas, han sido sinónimo de sofisticación en el arte funerario desde la antigüedad e incluso a día de hoy se sigue practicando este arte funerario como hacen por ejemplo en Mármoles Manolo Simón. Monumentos y esculturas funerarias clásicas, especialmente en cementerios históricos, a menudo están hechas de mármol.

El granito, por su parte, tiene un aspecto más robusto y sólido. Está disponible en una variedad de colores que van desde el negro profundo hasta el gris, azul, rojo o verde, dependiendo de la región de origen. A diferencia del mármol, que suele tener un acabado mate, el granito puede ser pulido hasta obtener un brillo alto que destaca sus características naturales. Si bien no tiene la suavidad del mármol, transmite una sensación de permanencia y estabilidad.

Mantenimiento y costo

El mantenimiento es otro factor clave a tener en cuenta. El mármol, debido a su porosidad, puede mancharse y requerir limpiezas periódicas para mantener su belleza. También puede ser necesario un tratamiento especializado para protegerlo de la humedad. El granito, al ser menos poroso, requiere menos mantenimiento y es más fácil de limpiar, lo que lo hace más práctico en el largo plazo.

En cuanto a costos, el mármol suele ser más caro que el granito debido a su reputación histórica y su dificultad para trabajar. Sin embargo, el granito sigue siendo una opción accesible considerando su durabilidad y bajo mantenimiento.

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