Con la llegada de la piel de otoño, el aire fresco y la lluvia, hay quienes prefieren salir a caminar para disfrutar del paisaje y quienes optan por quedarse en casa para ver películas o leer un libro y contemplar por la ventana el caer de las gotas de lluvia, escuchar el coro de las hojas de los árboles acompañar este momento con una bebida caliente, un té un café o una taza de chocolate.

 

Para preparar el último no hay que olvidar calentar el agua pues “el chocolate hecho en agua es mejor digestión que el de la leche”, el clima de otoño esta Como Agua para chocolate.

 


Laura Esquivel (México, D.F 1950) estudió la carrera de educación, así como de teatro y creación dramática, especializándose en teatro infantil. Entre sus obras se encuentran: Como agua para chocolate (1989); La ley del amor (1995); íntimas suculencias (1998); Estrellita Marinera (1999); El libro de las emociones (2000); Tan veloz como el deseo (2001); Malinche (2004) y A lupita de gustaba planchar (2014).

Laura Esquivel
Laura Esquivel

En 1989 obtuvo gran éxito con la novela Como agua para chocolate, la cual se tradujo a 30 idiomas; llevada al cine por su entonces marido Alfonso Arau en 1992 con guión de la propia autora.

 

Laura Esquivel fue la primera escritora extranjera en ganar el premio American Bookseller Book of the Year en 1994; es defensora de la comida tradicional mexicana pues “uno es lo que se come, con quién lo come y cómo lo come”.

 

Su pasión por la cocina es representado en sus obras que abordan ángulos diferentes como el social, el psicológico, el emocional, el filosófico,  y el literario el cocinar  para la escritora mexicana “es una ceremonia de unión con el Universo. Un placer enorme (…) el amor siempre está presente allí. El amor, que da sentido  a todo, es lo que dos cosas una, y en la cocina uno hace precisamente eso: utiliza todos los elementos que conforman el mundo, juega con ellos, y en base al amor, hace única cosa que después va a ser ingerida por los demás”.

 

La cocina  “es un gran laboratorio de alquimia en el que uno se mete, juega y aprende. Es una fuente de conocimiento”. Estas ideas son parte de la inspiración de la escritora para sus obras; Como agua para chocolate se compone de 12 capítulos o recetas siendo cada una un mes del año  pero transcurridos en 21 años donde se narra la historia de amor imposible de Tita y Pedro.

 

El escenario de la novela toma lugar en Piedras Negras, Coahuila en una época en dónde “la revolución no permitía que uno viajara de una manera segura por el país; la historia comienza con la llegada de Tita “a este mundo por un torrente impresionante de lágrimas que se desbordaron sobre la mesa y el piso”, así lo contaba Nacha, desde ese día Tita se mudó a la cocina y entre atoles y tés creció sana y rozagante, en donde desarrolló un sexto sentido en todo lo que a comida se refiere.

Portada Como agua para chocolate
Portada del libro

 

Entre el fogón alimentado por la llama del amor la comida de Tita será su medio de comunicación para con Pedro, “los olores tienen la característica de reproducir tiempos pasados junto con sonidos y olores nunca igualados en el presente”, cada receta del libro provocará diversos sentimientos en las personas- tristeza, amor, lujuria, dolor, pasión- ya sea por comer codornices con pétalos de rosas, caldo de colita de res o torrejas de natas.

 

Estos sentimientos dejados por Tita en la comida serán porque Mamá Elena propone que se case con Rosaura su hija mayor y Pedro acepta ya que sería la única manera de poder estar cerca de Tita después de haberle negado casarse con ella.

 

Desde entonces Mamá Elena intentará por todos los medios posibles que nada suceda entre Tita y Pedro “a mí no me engañas, cuanto tú vas, yo ya fui y vine, así que no te hagas la mosquita muerta. Pobre de ti si te vuelvo a ver cerca de Pedro”, le dijo Mamá Elena- tradicionalmente en México la hija menor tenía que cuidar a su madre hasta el día de su muerte-  y Mamá Elena era muy exigente con Tita como se describe en el libro el ritual que hacía cuando su madre se duchaba o cocinaba.

 

 

A la muerte de Nacha la cocinera y prácticamente la educadora “Tita era entre todas las mujeres de la casa la más capacitada para ocupar el puesto vacante de la cocina, y ahí escapaban de su riguroso control los sabores, los olores, las texturas y lo que éstas pudieran provocar”.

 

Tita tenía dos hermanas la mayor de ellas fue Rosaura quien confesaría muchos años después que “pensaba que entre ella y Pedro había una relación amorosa, latente, escondida bajo las apariencias” y Gertrudis que después de comer las codornices en pétalos de rosas se escapó con un soldado de la revolución, se convirtió en prostituta y luego en Generala muchos años después regresó para comer Chocolate y rosca de reyes así como Torrejas de natas pero “no iba cabalgando sola, llevaba a su lado, en la alforja, su niñez encerrada en un frasco de torrejas de natas”.

 

Cuando Tita sufrió un colapso emocional por la muerte de su sobrino y al ser dejada en la palomera el doctor Brown se hace cargo de ella pues “él iba a enseñar lo que un hombre hace cuando de verdad quiere a una mujer” y aunque hubieron sucesos que le dan un gran giro a la historia “hay acciones en la vida a las que no hay que darle importancia, si éstas no modifican lo esencial” y “Tita por su parte, se encargó de enseñar algo igual de valioso: los secretos de la vida y el amor a través de la cocina”.

Pedro y Tita Como agua para chocolate,1992
Pedro y Tita Como agua para chocolate, 1992

Un apasionante libro que en cada capítulo despierta tu imaginación a los olores los sabores y los recuerdos que están sujetos a ellos, puede ser una persona, un lugar un momento y el cual seguirá viviendo mientras haya alguien que cocine sus recetas o el platillo así como recordaremos la historia de Tita y Pedro, gracias Como agua para chocolate.

 

“Si por una emoción muy fuerte se llegan a encender todos los cerillos que llevamos en nuestro interior de un solo golpe, se produce un resplandor tan fuerte que ilumina más allá de lo que podemos ver normalmente, y entonces ante nuestros ojos aparece un túnel esplendoroso y que muestra el camino que olvidamos al momento de nacer y que nos llama a reencontrar nuestro perdido origen divino. El alma desea reintegrarse al lugar de donde proviene, dejando al cuerpo inerte…”

 

¿Alguna vez haz experimentado algo como Tita y que con cada bocado recuerdas a una persona, un lugar o un momento?

 

 

 

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